miércoles, 26 de septiembre de 2012


Reforma, Régimen y Prospectiva




“Para el caballero y el clérigo,
Ha de vivir quien hace el trabajo”
En Los bienes terrenales del Hombre


Reforma, Régimen y Prospectiva

Cuando se habla de la Revolución, inmediatamente surgen las dudas de en qué momento terminó, cuál es el periodo que comprendió y a la luz de la aprobación en lo general de la Reforma a Ley Federal de Trabajo, estamos ante el escenario que estos ideales han sido casi totalmente desmantelados.

Arnaldo Córdova en su texto La Formación del Poder Político en México, desarrolla una postura, propia para justificar estas líneas. En su elaboración y reflexión sobre los hechos entre 1910-1917, reconoce que hay distintas manifestaciones de la Revolución, si bien hubo reclamos sociales, de parte de las clases populares, éstas fueron traicionadas en 1915, con la Ley de la Reforma Agraria y posteriormente con la consolidación de la Constitución de 1917, otro teórico comenta que son las bases para concentrar el poder en México, en adelante 1920-1940, la tierra y el sometimiento de los obreros en la CTM -la corporativización-, serán quienes defiendan el régimen a consolidarse, concretamente estamos hablando del Partido Único y del Presidencialismo.  Córdova nos recuerda que los sectores populares sólo sirvieron como carne de cañón y después les cumplieron al menos en la letra algunas de sus peticiones, a cambio de ser los pilares de mantener el poder. 

Serán los campesinos vía la CNC que detendrían la primera revuelta que pondría en jaque el cambio presidencial, recién inaugurado, en 1940. Son los obreros de la CTM que entre 1938-1940 estarán al servicio del aparato del Estado, para que aquellas movilizaciones de sindicatos independientes sean aplastadas. En el DF como en Puebla, se reprimen a los de la FROC o al sindicato de Maestros en el DF, para después dar creación al SNTE.  Es por ello que el derecho a huelga y la transparencia sindical, sólo eran los alfiles para que las demás modificaciones pasaran a reformarse. El PRI sabe muy bien que reformarlos, es perder una cuota nacional de sumisión, necesaria para mantener a su presidente impuesto.

La aprobación en lo general de subcontratación,  contratos temporales ó de capacitación, salarios por hora, productividad como base para el ascenso y la eliminación de la antigüedad, son prácticas que ya llevan tiempo de llevarse a cabo,  lo que ahora están haciendo es legalizarlo.  La clase política le está dando las gracias a la clase empresarial -que desde 1920, se sospecha que son la misma- por su apoyo. El poder ahora radica en  los patrones, ellos son los que decidirán, vía competencia quienes serán los que perciban más dinero, se modificará por lógica la ley del ISSSTE y de la seguridad social. Los nuevos ricos, serán beneficiados de la explotación legal de sus trabajadores; aquellos que son la base de que este país siga en pie, serán lo más vulnerables. El pago de 7 pesos la hora, y su posible aumento salarial en tres años, será un hecho. Mientras tanto se espera que para el siguiente año, los impuestos aumenten y los recortes al gasto social se manifiesten. En éstas condiciones sería bueno reflexionar: ¿Qué es lo que tenemos por perder y cuánto debemos defender?

La política del terror vía la guerra contra el narcotráfico, padecida durante el sexenio, al parecer se recrudecerá con el asesoramiento de Óscar Naranjo militar colombiano al servicio de Estados Unidos, el PRI volverá aplicar la fórmula, poca participación política o nula ante el miedo infundido, y el desarrollo con pobreza, tal cual sucedió entre 1940-1968.

2 comentarios:

  1. Sin duda la indignación de la que somos presa en tanto clase trabajadora debe ser manifestada con acciones concretas. La reflexión a la que nos invita esta entrada me parece que solo tiene un modo de leerse...¿Que tenemos que hacer ahora, frente esta reforma que atenta contra el futuro de toda la clase que vive del salario?....la respuesta se antoja obvia y simple....JK

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  2. Me agradó tu pregunta:"¿Qué es lo que tenemos por perder y cuánto debemos defender?". Debo confesar que la reforma laboral me asusta y enoja, pero también reconocer que más que un nuevo planteamiento lo que representa -que es por demás lamentable- es la legalización de una práctica que desde hace años forma parte del proceso de precarización laboral.

    En lo que respecta a la política del terror es obvio que no estoy tranquila, pero sí a la espectativa de que la fatalidad detenga un poco su ritmo. Cuando escuché sobre la asesoría de Óscar Naranjo no pude mas que pensar en retroceso y salvajismo (Sucumbíos, Ecuador), pero hace un par de semans conversé con un politólogo colombiano (anti-Uribe) quien me dijo que era de lo más rescatable del grupo del ex-presidente colombiano. Hacer caso de esa versión me desalienta menos.


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