365 días antes

 

365 días antes

(364 por su publicación)

 

La revolución no es algo fijo de una ideología,

ni algo de una década en particular.

Es un proceso perpetuo incrustado en el espíritu humano.

Abbie Hoffman

 El próximo 2 de junio de 2024 serán las elecciones federales y locales más importantes del país, pues se decidirá si se continúa con la 4T o se cambia de rumbo, incluso se regresa a lo que conocíamos antes de 2018. Ese domingo se votará por el Presidente de la República, 128 senadores, 500 diputados federales, 9 gubernaturas, 31 congresos locales, 1580 ayuntamientos, 16 alcaldías y 24 juntas municipales.

La llamada oposición no la tiene fácil contrario a lo que habían acostumbrado al elector mexicano, no hay candidatos que se sustenten en sus filas, suman miles de críticos al proyecto, hechos y dichos de Andrés Manuel, pero ni mediáticamente, ni en propuestas de políticas públicas o sociales existe una persona o personajes, frente a la imagen aplanadora de AMLO. Ya no funciona como antes que nos construían los medios de comunicación candidatos y lo sostenían por la amplia cobertura que pagábamos los mexicanos con todo el dinero destinado a sus sesiones publicitarios y que nos hacían creer que eran espacios de análisis o informativos. Y si sigue funcionando, cuestioné el nivel y criterio de esas personas que se mantienen creyendo en los medios de comunicación masivos tradicionales, en la era de la información, perderse en la desinformación ya es un asunto de decisión personal, de trascendencia política y si es una persona pública de ética profesional.

Lilly Téllez quien pareciera conocer las entrañas del llamado cuarto poder, vocifera, insulta, denigra (y mancha su propia imagen pública) contra la 4T y en concreto contra AMLO como si así pudiera ser la virtual candidata a la presidencia por parte del PAN, sin embargo, aunque esté de lado del blanquiazul (porque traicionó a Morena -en realidad mostró su verdadera esencia-) no aparece en la lista nominal, es como si no existiera. Los otros candidatos serían Santiago Creel (que ha salido bien librado de su cercanía con Genaro García Luna) y el prófugo Ricardo Anaya (que igual que Felipe Calderón, sabiendo que tenían carpetas de investigación contra sus personas, crearon su propia argumentación diciendo que hacen giras en el extranjero, cuando en realidad están evadiendo la detención), Santiago como Ricardo ya tuvieron su momento frente a AMLO y es algo que no se olvida, si bien no perdieron, tampoco mostraron ser dignos opositores, incluso antes de huir, Ricardo Anaya le estaba copiando el método, de visitar lugares distintos del país, y sufrió diversas críticas porque no solo evidenciaba que no conoce la realidad de las periferias, sino que, no tenía soluciones factibles para ellas.  

Es en este punto dónde el ejercicio comparativo y recurrir a la historia tiene sentido, recordar la primera elección "libre" después del periodo postrevolucionario, y/o las elecciones de 1994, cuando el PRI se quedó sin candidato, después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, incluso los ejercicios electorales de 1970, con la llegada de Luis Echeverría al poder. Ahora sabemos por los mismos estadounidenses que Díaz Ordaz, Echeverría Álvarez y López Portillo (1964-1982) fueron empleados de la CIA en México, en el contexto de la guerra fría para evitar el comunismo en el país, además de ser el periodo de la llamada guerra sucia, donde el estado mexicano desaparecía, encarcelaba o exiliaba a los críticos del PRI. Sabemos que desde 1820, con la llamada doctrina Monroe, Estados Unidos, interviene en América Latina según le convenga, no necesariamente debe ser violenta, pero siempre representó mucha sangre latina derramada a costa de sus intereses y en México no hubo excepción, de manera que la sucesión presidencial que inauguró Lázaro Cárdenas en 1940, en los sexenios mencionados también tuvo la mano del pentágono, y la ausencia del Tata Cárdenas a partir de 1971.

Andrés Manuel sigue en la disyuntiva de elegir a uno o de mantener al famoso tapado hasta que los tiempos electorales modernos lo permitan, y/o como él asegura, no tener ninguna injerencia, desde estás líneas pensar que no lo tiene, no lo ha ejercido o ejercerá, sería un acto de ingenuidad y hasta de omisión, por supuesto que lo ha hecho, he incluso las llamadas corcholatas con sus eventos (no actos técnicamente de campaña), nos hace ver qué el camino de la democracia tiene una sola arista, pareciera que todo de lo que ellos se quejaron cuando eran oposición, ahora que lo ejercen, no es un delito electoral, un acción de mala fe, o una forma autoritaria, lo es y ellos, como ella lo saben.

En los siguientes meses veremos como se construye un candidato presidencial, como se ponderan los futuros 9 gobernadores, como cambian de partido o de cámara los diputados y senadores, lo peor, es que, al no existir reforma electoral, todavía hay una rejilla para que los llamados diputados plurinominales sin que voten por ellos de manera directa se acomoden en un curul según al partido ganador le convenga. ¿El candidato de Morena seguirá con el discurso de los adversarios/los conservadores?, ¿El candidato opositor será realmente un contendiente o se mantendrá la llamada oposición leal? Guadalupe Loaeza en 1974, creó un análisis sobre el papel del PAN en los tiempos más tradicionales del PRI, al parecer Acción Nacional que irrumpió en el escenario mexicano en 1939, al filo de la guerra civil española, en un principio representó a todos los grupos que fueron excluidos de la revolución mexicana, es decir, los empresarios y la iglesia católica, pero con los años, solamente se mostraba como un partido que nunca ganó puestos públicos pues solamente estaba ahí, haciendo acto de presencia, será hasta los años 80´cuando el PAN comience a tener espacios públicos reales. Acción Nacional existió en razón solo de avalar al PRI en los comicios, para que no se vean las trampas o fraudes, mapacheo como le dicen ahora, que entre 1946 y hasta 1988 se perpetuaron.

Incluso dentro de las filas del actual partido de poder, se están acomodando las fichas para los tiempos en lo que al parecer el PRI perdió una de sus entidades más importantes y que sería el preámbulo de cómo serán las elecciones en un año. El PRI-PAN-PRD se dieron cuenta que su aliado Monreal, ya no tiene la fuerza que tenía al principio del sexenio, que ya no es negociador de nada, que quien determina sin decirlo o haciéndolo sutilmente tiene un poder casi carismático, difícil de superar.  Ahora vemos una oposición vociferante pero no encontramos en ella un proyecto real de nación, como tanto lo presumieron en 1999, en doce años no se vio marcado un cambio en las políticas públicas o sociales, al contrario, pareciera que el proceso político y económico surgido en 1973 en Chile (Después del devastador golpe de Estado), llegaba a México con bombos y maracas, y qué desde Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto, ya tenían trazada la agenda, incluyendo a Fox y Calderón. ¿El siguiente presidente -hombre o mujer- ya estará teniendo sus reuniones con Estados Unidos para ver como acomodar las agendas?, ¿Cómo le hizo/hace AMLO para no verse alineado a las políticas e intereses de Estados Unidos?, solamente se me ocurre el asunto migrante, ha crecido más la intervención mexicana para que los latinos no lleguen a Norteamérica, hace unos meses fuimos testigos de como se les sigue tratando, casi como si en esa dependencia no se han mejorado las políticas y las estructuras desde 1993, cuando fue creado. La gran pendiente del gobierno actual es aceptar el racismo, discriminación y xenofobia que tiene el pueblo mexicano con otros pueblos latinoamericanos, como si se pudiera tapar el sol con un dedo. Estamos a 365 días de fortalecer, cambiar o regresar… Como decía alguien que ya nos dejó, coincido con todas sus metas, pero no con todos sus métodos.

 

Vigilante Nocturno